domingo, 25 de julio de 2010

Palabras...



Era una tarde de otoño, sentados en la banca de un parque tranquilo, observábamos el cielo gris; nuestras manos estaban unidas y de vez en cuando suspirábamos, sin decir nada, disfrutando del silencio y la compañía del otro.

Entonces giraste tu cabeza hacia mí, y me miraste, lo sentí. No quise encontrar tu mirada y seguí escudriñando mi entorno en busca de un horizonte, perdiéndome en el infinito. Tú sonreías y me mirabas. Besaste mi frente, y desordenaste mi cabello

-¿Qué has hecho conmigo?. La pregunta sonó tranquila, curiosa, relajada.

-¿A qué te refieres? Mi mirada se dirigió al cielo sin prestar mucha importancia.

Como quien no quiere la cosa, tu también miraste hacia el cielo y dijiste despreocupadamente -Cuando estoy contigo me siento diferente. Sólo tú eres capaz de hacer que mi corazón lata de forma descontrolada y que al mismo tiempo, cuando estás tranquila junto a mí, la paz del mundo pueda sentirse en un instante, un instante que parece la eternidad...

No respondí, no sonreí, sólo te miré, tratando de entender que estabas tratando de decir

Tus facciones eran tranquilas, acariciaste mis labios con tus dedos

-Cuando estoy contigo en los días de frío mi alma se siente tibia, mi cuerpo encuentra abrigo a tu lado. Incluso en verano no siento el calor que desespera, porque tu presencia es como una brisa fresca, en tu boca encuentro el alivio de todos mis males

-¿Qué intentas decirme?

-Que te amo.

 "No, no puede ser"

El shock me invadió, quise gritar, quise reír, quise llorar...pero mi corazón no respondía, y mi mente me decía "Miente"

Después de decir que me amabas quisiste besarme, me alejé

-¿Que pasa? ¿Que tienes? Parecías un poco desconcertado, intentaste abrazarme.

-No...no

-¿Qué sucede?

Me levanté de la banca, buscaba poner más distancia entre nosotros

-¿Qué tienes?. Tu expresión era confundida.

-¿Por qué me dices que me amas? ¿Por qué ahora?. Las palabras salieron atropelladamente de mi boca

-Porque lo siento ¿Está mal?

-No puedes decirlo tan a la ligera

-¿A que te refieres?

-Tú no me amas

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-Porque amar va más allá de este mundo. Amar significa entregarlo todo, no sólo vivir con ésa persona, si no vivir para ella.Porque el amor todo lo entrega y nada pide a cambio, se lleva de ti lo mejor para darte los momentos más dulces. Amar es el infinito, la inseguridad, el todo y la nada.

Estabas paralizado, yo respiré hondo; sentía la boca seca y un nudo en la garganta, quería parar pero era tiempo de decir lo más importante. -Cuando amas sólo pides la felicidad para ti y esa persona. Sin embargo, cuando sabes que esa persona ya no es feliz a tu lado, entonces sí debes amarla lo suficiente para dejarla ir.

No dijiste nada, me miraste reflexivo; tu sonrisa brillante y tus ojos castaños se habían apagado; lo sentía, tu corazón latía a ritmo acompasado, tus facciones estaban oscurecidas....Aún así tomé valor para hacer mi pregunta final

-Después de lo que te he dicho ¿Puedes decir que me amas?

Estábamos frente a frente.

Me miraste con intensidad, te acercaste a mí, tocaste mis hombros, me besaste y diste la media vuelta, alejándote con las hojas secas del otoño más frío de mi vida.

Todavía espero cada día en ése parque. No pierdo la esperanza y espero que vuelvas.


jueves, 22 de julio de 2010

Niñez y recuerdos

Cuando era niña odiaba leer, era malísima.

Mi padre comenzó a regalarme los libros más divertidos e interesantes que podía encontrar; empezaba a leérmelos y cuando me quedaba intrigada con las historias, me daba el libro y decía: ¿Quieres saber que pasa después? Descúbrelo por ti misma. Devoré libros enteros y aún así quería saber que pasaba una vez establecido un final, quería que las historias continuaran....Entonces imaginé y la vida como la conocía cambió. Ahí fue cuando quise escribir.

Recuerdo que tenía ocho años cuando le dije a mi mamá "Quiero escribir". Ella sonrió y contestó: "Pues agarra una libreta, una pluma y escribe"; me regaló una blog de cuadro grande, era viejo y las hojas se despastaron. Ahí traté de escribir mi primera novela. Aún conservo ésa vieja idea en mi cabeza.

Podría sonar increíble, pero en alguna parte de mi niñez  llegó el momento en el que me harté, me aburrí de las cosas normales, dejé de tener amigos (creo que toda la primaria jamás le hablé a alguien) y comencé un diario: Sólo él fue mi amigo.



Cuando estoy triste busco algunos buenos recuerdos y no puedo evitar llorar, reír y enojarme con el pasado, me sirve para escapar de la realidad.

Muchas cosas han cambiado: mi padre ya no elige los libros que quiero, es irónico pero a veces le gustaría que leyera menos; mi mamá me sigue regalando libretas y plumas (yo las colecciono en secreto); ya no tengo diario aunque lo intento,

Pero sigo queriendo escribir.

lunes, 19 de julio de 2010

Perderte


Aquel día que me dejaste era sólo una niña tonta que lloraba desesperadamente buscándote en la neblina, tratando de seguir tus pasos, buscando siempre un indicio de ti y rogando al cielo porque todo fuera un mal sueño y cuando despertara, estarías nuevamente a mi lado, sonriendo.

Lo más doloroso de tu partida fue el momento en el que las sombras consumieron mi universo y por fin caí en la cuenta de que tú jamás regresarías; el día en que mi búsqueda tomó una pausa y no sólo eso, si no que toda mi vida, que giraba en torno a tu universo, quedó sin centro de gravedad. Me sentí dispersa, sola, sin saber por cual firmamento debería vivir ahora.

Lo más irónico de un trance de profundo dolor es que en un principio, cuando sabes y eres consciente del hecho o persona que te ha hecho sufrir, te atrapas en una especie de espasmo de nada; tus sentidos son cautivados por el silencio, el sinsabor y la falta de color, es el vacío puro...

¿Conoces esta sensación? El corazón ya no se siente latir en el pecho, percibes el tiempo en pausa indefinida pero el mundo a su vez sigue girando más y más rápido.

Juro que podría haberme acostumbrado a este ensimismamiento si no fuera porque de la nada  y sin previo aviso una oleada de dolor y lágrimas inundó mi ser. Gritar desgarró mi garganta y ni aún así las heridas de mi cuerpo y tus caricias en mi piel dejaron de sangrar, me quemaba viva en tus recuerdos y en el sufrimiento de tu ausencia

La agonía se sentía y supuraba, sólo esperaba la muerte.

Sin embargo,  la bendita oscuridad total y el último suspiro de vida jamás acudieron a mi llamado de clemencia. Quería morir pero seguía viva, quería no sentir y aún no podía dejar de hacerlo. Mi existencia seguía

¿Se puede medir el dolor? ¿Acaso en verdad cuantificamos cuanto tiempo padecemos de éste? Sólo sé que fue bastante grande mi momento, sólo sé que no tenía fin y que agonizaba mientras respiraba.

Vivía cada día con los bordes mi pecho y cada parte de mi cuerpo débiles de día, en carne viva por las noches.  No te veía y ni quería hacerlo, porque si te volvía a ver, heridas se abrirían de nuevo y nuevas laceraciones llegarían a mi alama y a mi piel
Un día...dos. Un mes...un año.
Perdí la cuenta, los calendarios ya no me alcanzaban para cuantificar, el reloj se detuvo en la espera...

Y entonces un  día, te olvidé.

No sé cuando, no sé como, no sé si lo fue realmente, pero ahora eres un recuerdo distante, un poco de nostanlgia en lanoches de lluvia, un poco de frío que se arregla con un buen suéter.

Quizás podrías darte mucha importancia por ello, y quizás importante fuiste...

Pero hoy, puedo decir que ya no te amo.

sábado, 17 de julio de 2010

Habitación

¿Cómo es que estoy ahora aquí?

Mi razón se fue al suelo junto con tu ropa y la mía.

Nuestros cuerpos fueron influidos por el deseo desmedido y lleno de desvaríos.

Tus sinsentidos adquirieron una porción de realidad en mi piel húmeda que se dejó envolver con el sudor de nuestra faena

Derretiste en mi boca la miel de tu sexo ardiente; el néctar que disfrutó profanar cada parte de mi cuerpo, subiendo y bajando, deslizándose con ternura por cada una de las terminaciones de mi piel, descargando en mí una energía poderosa que embotó mis sentidos y me saturó de ti

Mi ropa se encontraba sobre el suelo y yo me encontraba sobre ti.

Caricias

 Soy adicta a tus manos aferrándose a mi espalda, acariciando mi cintura, bajando por mis nalgas hasta sujetar mis muslos y llevándome hacia tu torso desnudo y caliente.

Confieso ser la principal consumidora de cada parte de tu cuerpo que ansío saborear cada noche con mi lengua, sin pausa ni ritmo...sólo dejándome llevar por tu rostro respondiendo al placer con ojos cerrados y respiraciones agitadas.

Soy prisionera de tu lengua que recorre mi  sexo, el probar el sabor de mi placer, la lluvia de mi cuerpo, la paz que encuentras entre mis piernas.

Sí es que pruebo droga nocturna, es la que encuentro en el roce de mis senos con tu pecho, haciendo contacto cor cada parte de ti. 

Soy la que ama ser tomada con lujururia y danzar junto contigo hasta el infinito. Hunde en mi cada uno de tus deseos...una y otra vez.

viernes, 16 de julio de 2010

Espero curarme de ti (Jaime Sabines)

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se le puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes como te digo que te quiero cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?”, “se hizo de noche”…Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tu quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar aun panteón.



Posesión

Hoy seré sólo un objeto,
juguete de tus malos deseos
de tus más bajos pensamientos
¿o seré la que está más abajo de la fábrica de pensamientos?
¿Abajo? ¿abajo de tu pecho y más allá de tu cintura?

Seré el contenedor
de tu exquisita era maligna
de tu violenta pasión
la destrucción de tus dedos
recorriendo mi boca
¿o mi boca recorriendo tus dedos?
¿Tus manos?
¿Que opinas de mi boca más allá de tu pecho y tu abdomen?


¿Son tus manos o las mías
las que tocan mis senos y mis piernas?
¿Eres tú el que toma con firmeza mi cintura y mi cadera
colocando tu cuerpo encima del mío?
¿Eres tú o yo soñando contigo?

El tiempo pasa lento si no estás aquí,
y pasa aún más rápido cuando te siento conmigo,
arañando mi espalda,
marcando mi cuello,
hundiendo tus deseos
en cada parte de mí

sigue..

si...

así...

Perderme en ti.

Perderme en ti
La miraba, y mi deseo ardía.

Mis ojos no dejaban de contemplar su figura, delgada y tenue como un rayo de luz. Su piel, tersa y suave invitaba una y otra vez a mis dedos a deslizarse por cada superficie de su cuerpo.

Era tan pequeña la corta distancia que nos separaba, una barrera que ella rompió al mirarme intensamente, comiendo lentamente una manzana, roja...exquisita como el rubor de sus mejillas. Los movimientos de su boca hacían volar mi imaginación a tal grado que podía jurar que sus labios me tocaban. Lentamente mi cuerpo comenzó a relajarse mientras sus labios, invitantes, repetían una y otra vez mi nombre, llevándome a un sueño tan excitante que mi cuerpo necesitaba de sus manos para marcar mi deseo, y desatar mi lujuria.

¿Porque no me acercaba a ella? Quizás porque el voyeur dentro de mí deseaba seguir viéndola y admirar su belleza. Por otro lado, otro lado de mi mente quería consumirla; ésa parte la miraba con insistencia, reclamando su atención. Ella me miraba de reojo, con una sonrisa exquisita que me incitaba a hacer un movimiento..

...podía imaginarme ya desgarrando con mis manos la ropa que cubría y se tensaba alrededor de su cuerpo y daba forma a su cintura, a su senos...que cubría con delicadeza su sexo...me imaginaba arrancando con los dientes cada una de sus prendas y de paso acariciar con mis manos y mi lengua cada parte de ella...

El sólo imaginarlo me excitaba, me provocaba, me exigía acercarme..

La realidad superó la fantasía de mis deseos más oscuros. Ella se acercó a mí con suavidad, y sus manos se deslizaron por cada parte de mi cuerpo, deteniéndose en mi abdomen, y más abajo...mis sentidos percibían cada roce de sus manos, cada beso, cada caricia, mientras yo gemía de placer ¿Por qué no usas tu boca? -Le dije- y lo hizo...fue una satisfacción enorme...

...sentir sus labios...su lengua...una y otra vez...lento y luego rápidamente...

Sus piernas abiertas eran invitantes a colocar mi ser sobre ella, a vaciar mis perversiones más profundas y exquisitas sobre ella, mientras la hacía rugía de placer, dejándola fluir en uno con mi cuerpo, arañando con fuerza mi espalda, lo que me excitaba aún más...

...suspirando en mi cuello, aprisionándome con sus movimientos delicados...

No me dejes ir, consérvame dentro de ti, acaricia mi desesperación, toca mi lujuria con cada parte de tu cuerpo...

La noche se consume dentro de tu cuerpo húmedo, que toma de mi existencia el calor y el fuego de mi ser....

Una luz inexistente parpadea en mi aturdida mente.

Hoy todo es tan luminoso como el tono de tu piel brillante. Mis ojos se encuentran cegados por la nada y la velocidad que aclara mi pulso es solo la respiración acelerada que provoca tu cuerpo desnudo junto al mío.

La sensación tibia en mi pecho es tu rostro satisfecho dulce y un poco agotado, después de haberme amado hasta los límites de la locura.

(II)

No es que no quisiera llamarte, el saldo de mi interés por ti se ha acabado y hacer una recarga,
significaría soportar que siempre pongas mi llamada en espera,

Tengo paciencia, pero el amor no se concibe como que yo hable y en respuesta haya sólo un tono ocupado...

Hay que aceptar que hace tiempo nuestros números solo hacían llamadas unidireccionales, sin respuesta del usuario marcado
Divagaciones (I)

En el borde del vacío

En el borde del vacío
Dedicado a Adrián, por ayudarme a crear esto cuando no tenía inspiración...¡gracias!

por Julio Herrera, Heterónimo**
Heterónimo

Amiga, estás aquí conmigo en el borde del vacío, decidida a saltar conmigo, decidida a morir conmigo.

Ca
minamos por esta ciudad llena de sueños rotos cuya pesada carga atrofia aún más mi cuerpo viejo y decrépito, tú sigues andando, y aunque tu camino y tu andar son de paso firme, no me dejas atrás

Te v
eo, te admiro, te siento...Eres lo único que me queda después de que esta sociedad me ha dejado solo. Viví por ellos y para ellos y ahora me encuentro al final de mis días con la impresión de que lo que soy ahora ya no es nada, que nada valgo, que entregué mi corazón y mi alma a la nada, y esa nada, con nada me paga

Grito
con toda la fuerza de mis pulmones pero nadie parece escuchar. Es ahora que entiendo que soy simple polvo en el viento, que me ahogo poco a poco en el olvido ¿Algo cambiará? Nadie nota mi desdicha, solo tú, amiga, que me sonríes falsamente y me tiendes una mano que pronto tendré que soltar.
Ansío morir, ¿que mas queda de mi vida si ya no tengo esperanzas?, si este cuerpo mío se asfixia con la fuerza de las sombras aferrada a mis suspiros, pero que no me llevan al silencio eterno, que me torturan con la vida misma.

A
quí estoy, perdido en el alcohol y el humo del cigarro, con los recuerdos que vienen y van como destellos de luz que no puedo alcanzar, que no puedo tocar, que mis ojos vencidos ya no pueden ver

Me v
eo a mi mismo al espejo, ¿que queda mí? Soy solo arrugas y pelo canoso, con dolores de vejez y rastros de vicio por todo mi cuerpo, pude tener el amor y me consumí en el deseo, tuve estabilidad y me aventuré al mundo desequilibrado que ahora me deja en la miseria.

Si ya n
adie llorará mi muerte, si no hay nadie que se interese por mí ¿Para que la vida? ¿Para que seguir respirando y aferrándome a algo que no es mío y que fluye entre mis dedos como el agua del río turbio? Estoy muerto pero sigo respirando, sigo andando, ya no quiero seguir aquí, pero mi corazón no cesa su latido, las sombras que atormentan mis noches no se marchan, pero no me asfixian lo suficiente como para morir

Ami
ga, no me dejes, llévame contigo al infinito, prende otro cigarro, sirve una copa más al vaso desbordante, brinda por mí, por mi angustia, ríete de mí y trátame con desprecio, peor no me dejes, no me dejes ahora que estoy tan solo.

Amiga, n
o me dejes ahora que mi vida se consume, acompáñame en el final de mis días, recuérdame el poco calor que alguna vez tuve

No
te pido nada, pues ya nada más queda de mí, no puedo amarte, ya no te deseo, eres sólo la compañía de mi soledad, hasta que termine este juego cruel y mi espíritu vuelva a ser uno con el mundo, hasta que el tormento cese y la muerte, consuma por fin mi triste existencia...

Kinestesia

por Eliam Paris Heterónimo**


Mi cuerpo arde aunque ya no estés aquí
Siento el calor intenso de tus caricias
Percibo aún el olor de tu cabello
Puedo sentir el sabor de tu dulce lengua

Tus dientes salvajes hundiéndose en mi carne
Fueron mi dolor y mi perversión dulce
Sintiéndote dentro y encima de mí
El peso y el calor de tu cuerpo permanecen

la oscuridad de la noche despierta a mi cuerpo
mi cuerpo que gime de dolor llamándote
pidiéndome a gritos tu piel, tu lengua y tus besos
rogando porque vuelvas a mí y no te vayas nunca

Puedo sentir tu voz durmiendo junto a mí
Aún percibo tus caricias en mis sueños
Tus dedos que dejaron huella en todo mi ser
Son quemaduras en carne viva

No debería nunca más decir lo que siento
Traiciono tu vida y dejo atrás quien soy
Perdóname, prometí que no lo haría
Pero sin ti, es imposible sobrevivir


Como ves te amo y no puedo negarlo.
A pesar de todo, nada para mí cambiará.
todavía anhelo escuchar de tu boca un "te amo"
y poder sentir  que sigues las huellas de mis pasos...
Te quiero y es hasta ahora que puedo aceptarlo
La brisa no apagará la luz que dura en mi sonrisa
No importando que no estés aquí ni te pueda ver allá
la búsqueda por el mar sigue aún durante la tormenta.

El rugido del mar es tu voz llamándome
Conservo la ilusión de que no estás tan lejos y que aún puedo encontrarte
justo ahora que no te siento y ya no te puedo ver,
debo seguir en tu busca y no rendirme nunca,
hallar la forma de hacerte volver y no dejarte ir.


Te quiero tanto que mi corazón no alcanza
incluso mi alma no es suficiente
Te amo tanto que no dejo de pensar en ti
no duermo por pensar en  y el universo ya no me abarca
Te amo tanto que mi vida se extingue y me pierdo sin el calor de tu voz
mi cuerpo se apaga
me apago sin la llama de tu amor
y esta vida ya no es suficiente

(I)

¿Por qué tenemos tanto miedo de perder los recuerdos?

Los plasmamos en fotos, relatos, anécdotas que son contadas una y otra vez en cuanto la conversación cotidiana lo amerita

¿De qué vale? es decir, ¿Tan bueno es el recuerdo?

¿Qué es lo peor que pasa si olvidamos?¿Dejamos de respirar? ¿Nuestra vida se acaba si no podemos recordar ya el color de sus ojos, aquella tarde en el parque o el olor
de primavera? ¿Que pasa si lo olvidamos?
¿Qué es el olvido? ¿Es bueno o malo?
Por otro lado, ¿Por qué tendemos a recordar aquello que queremos olvidar?
Muchas veces, más que los momentos buenos, los malos condicionan nuestra conducta, una y otra vez lo recordamos y podemos sentir claramente: esa sensación en el estómago, la
dificultad para respirar, el miedo
¿Por qué olvidamos lo que queremos recordar y recordamos aquello que queremos olvidar?

Intenciones

Si querías hacerme daño
¿Por qué medijiste que me amabas?
Si soñabas con  romper mi corazón
¿Por qué me besabas?
¿No viste que con cada palabra de amor
mi alma se aferraba más a tu presencia?
¿No pensaste que con cada momento que estabas a mi lado,
más dependía de ti?
Si querías acabar con mi vida, con mis ilusiones y llevarte mi alma
No sigas....ya lo lograste

Cárcel de noche

Esta noche se siente suave y brusca
Con el silencio negro en mis oídos
Y por cansancio mis ojos vencidos
Son como el olvido que ya no busca

Esta noche no hay luz que me conduzca
Solo sombra que aturde mis sentidos
Recuerdos vibrantes como sonidos
Son las caricias de tu piel blancuzca

No encuentro a quien ahora me sostiene
No hay nadie si no triste luz perdida
Aquella que mi corazón contiene

Este tiempo pasa y no se detiene
Dejando atrás la absurda despedida
Cárcel de noche es lo que se mantiene