jueves, 23 de septiembre de 2010

Pensar(te)

Existes en el tiempo inmemorial en el que mi deseo quiere soñar que tu ropa se evapora, que me pierdo en ansias y que mi alma se consume con afanes de la tuya ¿O de tu cuerpo? Más bien es la adicción de tus besos caídos a caricias que me vuelan la consciencia. 

¿Que alucino? ¿Cómo sabes que contigo pierdo la razón? Seguramente es el vibrar de tu boca porque tu lengua quiere probar la mía ¿O quiere escurrir por mi piel? Era tu piel la que quería deslizarse sobre mi ¿O conmigo? 

Hablábamos de algo...de agua ¿no?, como cuando te me antojas y me derrites la sombra y sólo pienso en ser tu aire y sucumbir ante tu fuego ¿O quemas tanto que duele? Me gusta pensarte porque recuerdo que dueles tanto que debería olvidarte, pero soy adicta a ti, a lo que me regalas en cuentos y las noches en tu cama que pasan pero se estancan en mi pecho como arena. 

Sí, eres tierra. ¿Sabías que la tierra me parece eterna? Es como el sol que se consume pero que oculta su sufrir y sigue brillando, así he de quererte yo, a pesar de todo, a pesar del tiempo 

¿No sabes que el tiempo deja de existir si te sueño? Por eso aunque yo muera, tu recuerdo ya no tiene edad ni muerte, existirás en el tiempo inmemorial en el que mi deseo te sueñe.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Carretera


El mundo se tambaleaba con fuerza mientras yo intentaba capturar un puente a mitad de la carretera en el que ya nadie caminaba.

¿Quién quiere cruzar de la nada a la nada?

Sentía pena por el puente, no hubiera querido ser él y perder el propósito por el cuál me habían hecho. Entonces recordé que era humana, que vivía y que tenía razón. Recordé que podía recordar y que el darme cuenta de la situación me daba en ese instante el propósito de cambiarla.

Era y no era como el puente.

Lo era porque estaba ahí, estática, en la nada, sin propósito específico inmediato;  no lo era porque sabía lo que sucedía y podía o no sentirme miserable por ello ¿El puente podía? ¿Podía su duro cemento sin razón darse cuenta de su inexistencia espiritual y la impotente masa sin sentido que era?

La corriente de los postes de luz cerca de él llevaron mis ideas a volar aún más arriba, a las nubes.

Curioso, las nubes parecían no inmutarse de la situación del puente ni de la suya propia, no se daban cuenta que eran blancas y negras, y grises. Eran como el puente y yo, tan diferentes pero conviviendo en el mismo cielo, estaban tan unidas que parecía que se besaban.

¿Besaría yo el puente? Me parecía algo bastante absurdo pero quería que supiera que al menos yo lo veía, bajo los postes de luz y adornado con cielo viejo y nuevo.

No, no besé su asfalto pero le escribí una nube.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Impares que encajan.

Son esos pequeños detalles que guardo en cada calcetín sin par, los guardo para cuando me dices que no te quiero.

Por que si lo sabes ¿no? Eres el sol que respiro, la luna que quiero en mi sandwich, esa canción que no puedo dejar de sentir.

Sí, a ti.Te quiero.

Así como cuando me acuerdo que se me olvidan las llaves y regreso para darte un beso, ahí te doy la entrada de mi alma.

O como cuando soñaste imposibles y te regalé tu mejor fantasía ¿Recuerdas? Ese día nos juramos realidad, estar juntos y fantasearnos a distancia.

También recuerdo cuando me dijiste que en la playa se caminaba sin sandalias y te construí tantos castillos que comenzaste a añorar el mar, creo que no hay mejor recuerdo que navegar en ti.

No olvido todas esas veces que me dejaste sin palabras y me robaste el aliento, aún así, siempre me regalabas la posibilidad de respirarte y mover mi cuerpo para hablar contigo.

Sí, somos dos calcetines impares, pero aún así sabemos que el amor jamás será igual.

Algunas veces tendremos que lavar ropa de más pero tú no te preocupes, siempre puedes secarte en mí.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Want

-Pues a ver, dime ¿qué quieres?

-No sé, creo que a ti.

-"Te quiero a ti" es súper genérico. Específicamente, ¿qué quieres de mí?

-No le quites la magia ¿Por qué quieres saber que quiero de ti?

-Quiero saber lo que quieres de mí para saber si te lo puedo dar.

-Ah.

Me preguntas que qué quiero de ti. ¿Sabes? Ni yo misma estoy segura.


Sólo sé que te extraño, que me gusta cuando te acuerdas de mí, que no quiero perderte y que aunque me duele tener que llegar a esto, es lo último a lo que puedo aferrarme de lo que queda de nosotros.

¿Que qué quiero de ti? Quiero todo aunque sé que no puedo esperar nada, quiero un suspiro, una noche de luna,  un recuerdo, quiero el cielo, tu piel y las estrellas, quiero tus ojos...


Quiero que de vez en cuando me digas lo que quieres, que me cuentes lo que sueñas, que me mires sin mirarme directamente, que pienses en mí.


Quiero tu aliento junto al mío, que me hables, que notes que te pienso y que que si me peino, quiero que sepas que es porque me gustaría que me vieras.


Quiero que me digas musa, que digas que no te importo pero que en secreto admitas que sí, que me hables fríamente pero me escondas en una indirecta.


Quiero un ideal, un cuento de noche, el incendio de ti, tú en mi fantasías y en el calor de mi cuerpo.


Quiero querer y que quieras quererme, que nos queramos.


 Hay cosas que quiero y que sé que no tengo... Hay tanto que me queda por soñar, hay tanto que quiero soñar contigo.


Quizás es sólo una carta egoísta pero... Tú me preguntaste que quería ¿no? Te quiero a ti, todo tú,con todas las cosas, y también así, sin nada. Te quiero.

martes, 7 de septiembre de 2010

Juicio a una sombra solitaria.

 

-Míralo. Le dice la lluvia al pavimento.

-No puedo verlo bien, pero siento sus pisadas sin ganas, el roce de sus plantas cuando se arrastran sin fuerza.

-Yo sí lo veo bien. Dijo un árbol. A pesar de que pasa ahora cerca de la luz, veo su rostro ensombrecido.

-¡Es culpa de la lluvia! dijo el poste de luz ¡Ha mojado su rostro toda la tarde! Incluso antes de que yo encendiera mi luz pude ver gotas de lluvia que le escurrían por la cara. Seguro que se va enfermar.

-No puede ser. La lluvia no lo puede creer.

-Sin embargo lo es... dice el pavimento, firme como siempre.

-¿Qué? ¿Qué?. El joven poste se encuentra siempre emocionado con la vida humana e impaciente, espera noticias del joven que camina cerca de ellos.

-Él ya está enfermo, tercia el árbol

-Sí, el ya llovía incluso antes de que yo llegara.

-Pero... El joven poste no puede entender..

La lluvia con tristeza le dice: Enciende bien tu luz joven poste ¿Qué no ves las nubes negras debajo se sus ojos?

Cuando te llamo teléfono.


¿Esperas? ¿Superas? ¿Liberas?
Llevas la voz hasta donde el cuerpo no llega
me alimentas de presencia irreal
me haces el amor sin tocarme

¿Y luego? 
Luego me abandonas sin pena 
vuelas y me arrojas al silencio
sin darme siquiera tu espalda para un recuerdo.

Sí, no eres un hombre, eres un objeto
tu falo que cuelga sin vida y sin voz
mis ganas ya no quieren llamarte.
Eres cabina abandonada.