Al menos quisiera perder algún instante en la instrascendencia, en cualquier banalidad, poder decir que mi vida a ratos pierde el sentido y puedo dejar de pensar en ti.
Sería ideal que esta vieja casa dejara de encerrar lo que fuimos durante un tiempo, tiempo que dejó de medirse en días y terminó siendo ratos de eternidad.
Ojalá...quizás...
Pero esta casa sigue siendo tan tuya, ha dejado de ser los meses que llevó pensando en la soledad. Diciembre vuelve a suceder y la ventana mira con melancolía los recuerdos de la nada.
Yo prefiero ya no mirar...
Ya ni siquiera las nubes acompañan mi melancolía, el sol brilla y al final las lágrimas dejan de brotar, el alma se seca y el tiempo sigue pasando
Yo prefiero no sentir...
Los sueños se elevan a paraísos lejanos y llueve en mi mente un eco de minutos y días que perdieron el ritmo de las sonrisas.
Yo prefiero no recordar
Yo prefiero no oír...
Ya prefiero ya no pensar
Yo ya no quiero más...
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