domingo, 24 de octubre de 2010

(...)

-Hey, algo anda mal.
-¿Qué pasa?
-Este corazón no debería pensar
-¿Eh?
-Que te pienso todo el tiempo
-Mmmm...
-Esto no debería pasar
-¿Qué? ¿Pensar?
-No que el corazón piense.
 -En realidad es tu hipotálamo
-¿Mi qué?
-Ya sabes, donde sientes el amor.
-¿El amor? ¿Quién habló de amor?
-Pues tú. Estás enamorada.
-Sí, como no. ¿Y tú como sabes?
-Pues porque me extrañas
-¿Quién te dijo que te extrañaba?
-Tú, cuando...
-Yo no dije eso, yo dije que algo andaba mal.
-Sí, y luego dijiste que tu corazón me pensaba demasiado.
-Eso es diferente
-¿Por qué?
-Ya te dije que los corazones no deberían pensar.
-Y no lo hacen, pero tú dices eso porque no quieres admitir que me extrañas
-¿Y qué pasaría si lo acepto?
-Pues tendrías que aceptar que me amas.
-Momento, ¿en qué momento extrañar era sinónimo de amor?
-Pues...
-Ahí está, también extraño ese helado que mi madre no me compró cuando tenía siete años
-Yo no soy un helado.
-Pues algo así pareces
-¿Por qué?
-Porque quiero probarte con la lengua.
-Ah.
-Sí, lo bueno es que tú no te derrites con el sol.
-Por eso te digo que no soy helado.
-No, no lo eres, pero te le pareces mucho.
-Nada más me dijiste una cosa.
-Sí, te dije que quería probarte.
-Sólo eso.
-¿Acaso quieres más? Bueno, también eres frío.
-¿Enserio?
-Sí, a veces.
-¿Y? Así soy
-Lo sé, por eso me gustas.
-¿Te gusto?
-No tú, el helado.
-Pero tú dijiste "Me gustas"
-Me refería al helado.
-No, si te hubieras referido al helado habrías dicho "Por eso me gusta el helado".
-Me refería a ti como helado.
-Mmmm...
-¿Qué?
-Nada.
-¿Lo ves? Por eso digo que eres frío.
-Sí, así soy, por eso te gusto ¿no?
-Sí, pero dueles.
-¿Te duele? ¿Qué te duele?
-El corazón.
-¿Te duele el corazón cuando hablas de helados?
-No me refiero al helado, me refería a ti.
-Tú dijiste que yo era un helado.
-Yo no dije eso, yo te dije que parecías un helado, es diferente.
-Sí, ya sé. Pero me parece estúpido que digas que parezco helado.
-Ah. Pues no me importa lo que pienses.
-Bueno, si soy helado, me voy al sol.
-¿Para qué?
-Para ver si me derrito.
-Tú no eres un helado.
-¿Y? Igual y si lo dices tanto se cumple tu deseo y me derrito.
-Yo no quiero eso.
-Entonces, ¿que quieres?
-Te quiero
-¿Qué? ¿Que quieres un helado?
-Idiota. Dije que te quiero.
-Yo pensé que se había antojado un helado.
-No, te quiero a ti: tibio, caliente, te quiero cerca de mí.
-¿Y por qué?
-Porque si no me duele...
-¿Te duele? ¿Otra vez te duele el corazón?
-No, me duele la cabeza
-¿Por qué? ¿Por que hablas conmigo y me dices que me amas?
-No, porque hablo contigo y no estás aquí.

2 comentarios:

Hilconsmary Mundarain dijo...

Me encanta... Saludos ;)

Anónimo dijo...

Simplemente excelente, me gustó tu entrada.
Felicidades