miércoles, 22 de septiembre de 2010

Carretera


El mundo se tambaleaba con fuerza mientras yo intentaba capturar un puente a mitad de la carretera en el que ya nadie caminaba.

¿Quién quiere cruzar de la nada a la nada?

Sentía pena por el puente, no hubiera querido ser él y perder el propósito por el cuál me habían hecho. Entonces recordé que era humana, que vivía y que tenía razón. Recordé que podía recordar y que el darme cuenta de la situación me daba en ese instante el propósito de cambiarla.

Era y no era como el puente.

Lo era porque estaba ahí, estática, en la nada, sin propósito específico inmediato;  no lo era porque sabía lo que sucedía y podía o no sentirme miserable por ello ¿El puente podía? ¿Podía su duro cemento sin razón darse cuenta de su inexistencia espiritual y la impotente masa sin sentido que era?

La corriente de los postes de luz cerca de él llevaron mis ideas a volar aún más arriba, a las nubes.

Curioso, las nubes parecían no inmutarse de la situación del puente ni de la suya propia, no se daban cuenta que eran blancas y negras, y grises. Eran como el puente y yo, tan diferentes pero conviviendo en el mismo cielo, estaban tan unidas que parecía que se besaban.

¿Besaría yo el puente? Me parecía algo bastante absurdo pero quería que supiera que al menos yo lo veía, bajo los postes de luz y adornado con cielo viejo y nuevo.

No, no besé su asfalto pero le escribí una nube.

2 comentarios:

EL ANGEL ENCANTADO dijo...

Tantas veces cruzamos puentes en la vida sin darnos cuenta, deberíamos tomar conciencia de los puentes imaginarios que sorteamos día a día para alcanzar un propósito, un deseo, el amor.
El puente unía la nada con sentido y ahora la nada consentida se ríe de su final, por lo menos recibió un homenaje de parte tuya.
Me gusta lo que escribis, te invito a mi blog, cuando quieras.
Saludos
Maxi
¨ El Ángel Encantado ¨

Litau dijo...

Es el punto en el que pensar puede ser en sí como cruzar un puente. Tienes toda la razón Ángel, la vida es un camino infinito de subir y bajar puentes.

Gracias por leer y por la invitación. Un besote.