domingo, 15 de agosto de 2010

Adiós.

Te vas, eso lo sé y no lo puedo evitar, me de dejas y lo siento, sé que debo resignarme.

No me voy a aferrar  ni rogaré que vuelvas, no te pediré que regreses y mucho menos que intentes amarme....

Porque esperar, sería querer un milagro absurdo; desearía la sanación del mundo pero no que volvieras conmigo; porque así como te tuve y te amé con locura, hoy te dejo ir.

Ten lo claro, en mí ya no causas ni el más mínimo temblor, disculpa si las lágrimas se guardan para algo mejor, algo que valga más que tú.

¿Te vas? ¡Lárgate! No te voy a detener, al contrario, abro por ti la puerta, sólo ciérrala al salir.

No hay comentarios: