domingo, 29 de mayo de 2011

La novia eterna llevaba su vestido rasgado de tumba en tumba. "Algún día, algún día", repetía una y otra vez mientras su piel se iba entregando al olvido. La miré y por un momento pensé en ser suyo. "No, tú ya eres mío", resonó una voz dulce por debajo de la tierra. Sonreí y tarareé la marcha nupcial mientras desenterraba a mi vieja amada.

1 comentario:

Arion dijo...

Vaya con la novia.

Por cierto me ha gustado mucho el diseño de tu blog.

Saludos,

www.artbyarion.blogspot.com